Fimosis y circuncisión

El término fimosis proviene de la palabra griega phimos que significa bozal.

Desde el punto de vista médico la definimos como la incapacidad parcial o total de retraer el prepucio detrás del glande en el pene, esta condición puede ser temporal, a través de dilataciones manuales, o bien permanente en cuyo caso se puede resecar la piel que recubre el glande a través de un procedimiento quirúrgico que se conoce como circuncisión.

El prepucio es una prolongación de la piel y la fascia del pene que inicia su desarrollo a las 8 semanas de la vida intrauterina. Luego crece hacia adelante conforme se desarrollan el pene y el glande y completa su formación alrededor de la semana 16 de la gestación.

Más del 90 % de los niños nacen con un prepucio no retráctil, no obstante esta condición va a presentar una dilatación gradual al paso de los años a tal grado que posiblemente más de un 50% de ellos dejan de presentar fimosis luego del año de edad.

Esta separación viene a ser el resultado de dilataciones manuales, depósito de secreciones, erecciones intermitentes y queratinización del epitelio interno.

El prepucio tiene no solo funciones protectoras sino que también cumple con funciones erógenas e inmunológicas por la presencia de lisozimas.

La fimosis como dijimos puede ser fisiológica y hasta normal durante los primeros años de vida y en estos casos es evidente que la piel tiene un color rosado, saludable y no existen problemas de infección local.

No obstante puede ser también patológica por la presencia de tejido cicatricial secundario a inflamación crónica o lesión traumática. En estos casos vamos a ver una piel blanquecina que puede coincidir con irritación, dolor, disuria, erecciones también dolorosas e infección asociada.

Pueden existir varias complicaciones asociadas a la presencia de una fimosis patológica como infecciones urinarias retrógradas, balanitis y balanopostitis que se definen como una inflamación intercurrente del glande y prepucio, parafimosis que consiste en una inflamación aguda del prepucio como consecuencia de una reducción forzada de la estrechez anular, balanitis xerótica obliterante que es una condición infiltrativa de la piel e incluso se ha reportado mayor incidencia de cáncer de pene.

Estudios randomizados recientes han demostrado que la eliminación del prepucio disminuye entre un 50 a un 60% el riesgo de contraer VIH sin embargo estos reportes se deben profundizar un poco más para determinar si es necesario el practicar la circuncisión en toda la población masculina.

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